En defensa del Cuerpo / In Defense Corps

Este libro trata el tema de la unidad de la iglesia como Cuerpo de Cristo. No es un tema nuevo, pero sí es un tema que amerita ser re-examinado. Este no es un libro de historia de la iglesia, aunque incluye ciertos rasgos históricos. Ya tenemos suficientes libros escritos sobre la historia de la iglesia, especialmente en el idioma inglés. Procuro presentar este ensayo en el vocabulario más sencillo posible y teniendo en cuenta a los creyentes y miembros fieles de la iglesia del Señor. Esta presentación no es un llamado al ecumenismo ni al sincretismo; es un llamado a regresar a la mesa de la comunión. Procuro además, mantenerme puramente dentro de las Sagradas Escrituras, pues para mí ésta sigue siendo la fuente de toda inspiración. Presento el tema de cómo defender la iglesia del Señor o el Cuerpo de Cristo porque eso es lo que debe ocupar a la iglesia visible de Cristo en estos tiempos. Procuro no inclinarme hacia ninguna denominación ni menospreciar alguna de ellas. Trato de mirar la iglesia objetivamente, aunque subjetivamente estoy muy envuelto en la encrucijada religiosa. Este no es un tratado solamente para mirar los errores que estamos cometiendo contra la iglesia del Señor, sino de reiterar que la iglesia, como Cuerpo de Cristo, es indivisible. Por la gracia de Dios, soy pastor y líder conciliar, y como tal, siento gran anhelo en mostrar al mundo que nos ve y nos escucha, que no somos un pueblo dividido. Creo, que el tiempo que nos ha tocado vivir amerita y exige una iglesia unida y que predique un mensaje Cristo céntrico. Cada generación de creyentes necesita confrontar la herencia y el mandato bíblico que se nos ha entregado, y esta generación que ha entrado al nuevo milenio no es diferente. La iglesia del Señor no puede continuar contribuyendo a la confusión religiosa que enfrenta el mundo. La iglesia vive en medio de momentos explosivos donde los ministerios tienen un gran alcance de sistemas de telecomunicaciones súper adelantados, además de los recursos y el poder financiero. Sabemos que el adelanto en los sistemas de comunicaciones afecta a la iglesia en forma positiva, porque le da la oportunidad de evangelizar a más pueblos en menos tiempo, pero también la afecta negativamente, porque la expone al escrutinio de tantos críticos y de tantos enemigos. Sabemos que Cristo no está dividido y la sociedad presente debe ver esa gran verdad en nosotros. Mi propósito no es «descubrir» la verdadera iglesia, sino reiterar que somos la iglesia del Señor. Confío este sencillo libro llegue a algunos de los creyentes que de una forma u otra han sido afectados o están siendo afectados por la falta de unidad entre nosotros. Espero que sirva de algún provecho tanto a líderes conciliares, como a pastores y a todo el pueblo en general. Para aquellos que sí practican la coinonía por encima de los nombres y denominaciones, esta breve presentación puede fortalecer su apoyo a la hermandad.