Legítimo fibrocemento / Legitimate cement

Roberto S#xE1;nchez se hizo m#xE9;dico porque quer#xED;a escuchar de cerca el coraz#xF3;n de la gente. Su dedo pasa del calor de una cavidad hueca al fr#xED;o del bistur#xED;, a pulsar la tecla que provoca el llanto, que provoca la risa, que provoca la tranquilidad. Igual te hace una nota para que el cardi#xF3;logo te adelante un ecocardiograma, que te escribe un poema en el reverso de un parte de defunci#xF3;n, que te receta una dosis de esperanza cada 24 horas o te prescribe evitar la soledad y los alimentos ricos en grasas animales. A Roberto S#xE1;nchez no hay cosa que le parezca m#xE1;s ex#xF3;tica que la gente normal. Con sus orejas llenas de cerumen, sus inseguridades, sus pasados turbios, sus dentaduras postizas, sus pelotillas en los pies; con sus grandes historias que contar, con sus peque#xF1;as alegr#xED;as y con sus sonrisas imperfectas. A Roberto S#xE1;nchez no hay otra cosa que le ponga m#xE1;s que los perdedores, los fracasados (no es lo mismo) y las causas perdidas. La gente dice que por eso escribe para ser m#xE9;dico, por eso sana siendo escritor. Pero #xE9;l dice que no es escritor ni m#xE9;dico. Dice que la profesionalizaci#xF3;n de las actividades conduce a su deterioro. Est#xE1; dispuesto, eso s#xED;, a devolver la dignidad primero y el prestigio despu#xE9;s, a los m#xE9;dicos de cabecera.